Es importante que conozcas alguno de los dioses egipcios.. Esta entrada te ayudará a identificarlos mejor.
Comenzamos con una pequeña introducción a esta literatura.
Nos centramos ahora en el Libro de los muertos: en qué consiste y ejemplos de las sentencias que lo forman.
Fragmentos del Libro de los Muertos. [J. M. Serrano Delgado, Textos para la Historia Antigua de Egipto (Madrid 1993) 244-246].
Mira este vídeo para que aprecies lo interesante que es este tema.
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Los Conjuros del Libro de Los Muertos de Egipto
Capitulo II
PARA REVIVIR TRAS LA MUERTE
¡Oh tú, dios del disco lunar, que irradias en las soledades nocturnas! ¡Mira! ¡Entre los habitantes del Cielo que te rodean, yo también te acompaño! Yo penetro a mi capricho ora en la Región de los Muertos; yo difunto, ora en la de los Vivos sobre la Tierra, a todas partes donde me conduce mi deseo.
Capitulo X
ENCANTAMIENTO CONTRA LOS ENEMIGOS
¡Apártate de mi camino, oh tú, Espíritu que devoras tu propio brazo! Pues yo soy Ra, que se levanta en el Cielo contra sus enemigos. Los ha dejado este dios poderoso entre mis manos, y ya no podrán escapárseme. Al Amo de la Corona, he aquí que traigo mi brazo como ofrenda. Yo alargo mi paso…a medida que las diosas se levantan. ¡No seré entregado a mis enemigos!, en verdad no, pues puestos en mis manos, no podrán ya escapárseme.
Yo estoy sentado como Ptah; como Horus, yo soy irresistible. Mi boca deja oír Palabras de Potencia; mis piernas me llevan en su carrera. He aquí que en busca de mis enemigos, que me serán entregados y no podrán escapárseme, recorro el Cielo
Capitulo XII
PARA ENTRAR Y SALIR A VOLUNTAD
Oh Ra, Guardián de las Puertas misteriosas de las que parte una Vía hacia Keb y la Balanza que lleva en sí la Verdad y la Justicia que tu nombre sea bendito! ¡Mira! ¡A través de la Tierra, yo fuerzo mi camino! ¡Como un niño, ojalá pueda renacer a la vida!
Capitulo XXV
PARA DEVOLVER AL DIFUNTO SU MEMORIA
¡Que en el Templo del Más Allá me sea devuelto mi nombre! Durante la Noche en que serán contados los Años y enumerados los Meses, que pueda guardar el recuerdo de mi Nombre en medio de las Murallas abrasadas del Mundo Interior! Pues yo junto al gran dios del Oriente celeste permanezco. Todas las divinidades se alinean detrás de mí, y he aquí que a medida. Pues al lado del gran dios del Oriente celeste yo me quedo. Detrás de mí, helo aquí, todas las divinidades se alinean, y a medida que van pasando, yo puedo pronunciar el Nombre de cada una.
Capítulo CXXV:
“Lo que ha de decirse cuando se acceda a
esta Sala de Justicia, purificando a (X) de todo el mal que ha hecho y
contemplando los rostros de los dioses:
¡Salve a ti, gran dios, señor de la
Justicia! He venido a ti, mi señor, para que me lleves de forma que pueda ver
tu belleza, porque yo te conozco y conozco tu nombre; y conozco los nombres de
los 42 dioses que están contigo en esta Sala de Justicia, que viven de aquellos
que aman el mal y que se tragan su sangre en este día de considerar los
caracteres en presencia de Un-nefer.
Mira al doble hijo de las Cantantes. Señor
de Verdad es tu nombre. Mira, yo he llegado a ti; te he traído la armonía, he
rechazado la falsedad por ti. Yo no cometí falsedad alguna contra los hombres.
No empobrecí a mis socios. No hice daño en el Lugar de la Verdad. No he
aprendido lo que no es. No hice mal. No hice diariamente que fuera excesivo el
trabajo que debía hacerse para mí. Mi nombre no alcanzó los despachos de
aquellos que controlan a los siervos. No he desposeído al huérfano de su
propiedad. No he hecho lo que los dioses detestan. No he calumniado a un
sirviente ante su señor. No he causado dolor. No he provocado hambre. No hice
llorar. No he matado ni he mandado matar. No hice sufrir a nadie. No disminuí
las ofrendas de alimentos en los templos. No he destruido los panes de los
dioses. No he arrebatado la comida de los espíritus. No he copulado. No me he
comportado mal. No disminuí los suministros de alimento. No he disminuido la
arara. No he invadido los campos. No añadí nada a los pesos de la balanza.. No
rebajé nada de la plomada de la balanza. No arrebaté la leche de las bocas de
los niños. No privé a los rebaños de sus pastos. No he atrapado pájaros de las
reservas de los dioses. No he capturado pescados de sus marismas. No desvié
aguas en su estación. No he construido una presa en agua corriente. No he
apagado el fuego cuando estaba ardiendo. No he olvidado las fechas de las
ofrendas escogidas de carne. No retuve ganado de las ofrendas del dios. No me
opuse al dios en sus salidas procesionales. ¡Soy puro, puro, puro! Mi pureza es
la pureza del gran Fénix que está en Heracleópolis, porque yo soy ciertamente
la nariz del Señor del Viento que hace vivir a todos los hombres en este día de
completar el Ojo Sagrado en Heliópolis en el último día del segundo mes del
invierno, en presencia del señor de esta tierra. Yo soy aquel que vio la
terminación del Ojo Sagrado en Heliópolis, y nada malo puede acontecer contra mí en esta tierra, ni en esta Sala de
justicia, porque yo conozco los nombres de estos dioses que están ahí...”.
73. Capítulo XXVI:
“Fórmula para devolver a (X) su corazón en el reino de los muertos:
Mi corazón es mío en la Casa de los Corazones; mi corazón es mío, y
está tranquilo ahí. Yo no comeré los pasteles de Osiris en el lado oriental del
estanque- Gay en la barcaza cuando tú navegues corriente abajo y arriba;
yo no estaré a bordo del bote en el que tú estás. Mi boca me será dada para
que pueda hablar por ella, mis piernas para andar, y mis brazos para derribar a
mi enemigo. Las puertas del cielo se abren para mí. Geb, el príncipe de los
dioses, abre sus mandíbulas para mí; él abre mis ojos que estaban cerrados;
extiende mis piernas que estaban contraídas. Anubis afianza para mí mis
rodillas, que estaban unidas. La diosa Sekhmet me estira. Yo estaré en el
cielo. Se dará una orden en beneficio mío en Menfis. Seré consciente en mi
corazón; tendré poder en mi corazón; tendré poder en mis brazos. Tendré poder
para hacer lo que desee. Mi alma y mi cuerpo no quedarán retenidos en el
portal del Occidente cuando yo entre o salga en paz.”
Capítulo VI:
“Fórmula para hacer que un Ushebti trabaje por un hombre en el reino
de los muertos: ¡Oh, Ushebti a mí asignado! Si soy llamado o soy destinado a hacer
cualquier trabajo que ha de ser hecho en el reino de los muertos, si
ciertamente además se te ponen obstáculos como a un hombre en sus obligaciones,
debes destacarte a ti mismo por mí en cada ocasión de arar los campos, de
irrigar las orillas, o de transportar arena del este al oeste: "Aquí
estoy", habrás de decir”.
Capítulo VII:
“Fórmula para pasar por el peligroso anillo de Apopi:
¡Oh tú, cerúlea, que arrebatas robando y que vives de los inertes! Yo
no seré inerte para ti. Tu veneno no entrará en mis miembros, porque mis
miembros son los miembros de Atón. Yo no soy débil para ti; el sufrimiento
proveniente de ti no estará en estos mis miembros. Yo soy Atón al frente del
Nun. Mi protección viene de los dioses, los señores de la eternidad. Yo soy
aquel cuyo nombre es secreto, de trono más sagrado que los dioses del caos. Yo
estoy entre ellos; he salido con Atón. Yo soy aquel que es examinado. ¡Soy
sano, soy sano!”.
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Y para que no pierdas de vista todos los contenidos vistos en clase, aquí te dejo todas las entradas de Literatura Antigua: