ESQUEMA PARA LOS COMENTARIOS DE TEXTOS EN VERSO
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Ejemplo del comentario de un soneto. Soneto XXIII de Garcilaso
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En esta entrada puedes leer el comentario de este soneto. |
EJEMPLO DE COMENTARIO DE UN TEXTO DE FRAY LUIS DE LEÓN (Lee aquí este documento sobre su vida y su obra)
ODA A LA VIDA RETIRADA (No está completo: ¿qué le falta?)
¡Oh monte, oh fuente, oh río,!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.
Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero
Este texto es un fragmento, concretamente dos liras, del poema de fray Luis de León "Oda a la vida retirada". La oda es un subgénero lírico de origen griego que solía expresar la admiración por algo o alguien, de ahí su tono de exaltación. En este caso, fray Luis de León, poeta de la 2ª mitad del siglo XVI, cuando Felipe II orienta España a la preocupación religiosa impulsada por la Contrarreforma, rinde su homenaje a tópicos grecolatinos recuperados en el Renacimiento sin perder de vista los ideales de la vida ascética.
El tema de este fragmento es la exaltación de la vida en contacto con la naturaleza frente a la agitada vida en sociedad. Se trata de la recuperación de la idea de Horacio "Beatus ille", feliz aquel, que también compartían Epicuro y Séneca y que defendía la vida alejada de la ciudad. Por eso Fray Luis exalta los elementos de la naturaleza, es decir el locus amoenus, (monte, fuente, río, día puro) frente a los que simbolizan las pasiones de la vida en sociedad (mar tempestuoso, la sangre, el dinero). Este tópico está relacionado con el Aurea mediocritas o dorada medianía, esto es, el deseo de alcanzar el término medio, el equilibrio en la vida. Ambos son muy usados por los autores del Renacimiento y se resume en la frase "menosprecio de corte y alabanza de aldea", que fue el título de una obra del renacentista Antonio de Guevara. Además, este tema se puede relacionar con otros tópicos literarios muy usados en el medievo: el "De contemptu mundi" o el "vanitas vanitatis", que hacen referencia al menosprecio por la vida terrena y todo lo que esta conlleva y que se menciona en el último verso del fragmento: el poderío de la sangre -quizás una alusión a la propia vida del poeta, de familia conversa, por lo que fue severamente perseguido por la Inquisición- y el del dinero. Por último, hay que decir que el tema de este fragmento -y de la Oda a la vida retirada en general- se relaciona con lo que perseguía el ascetismo: el desprendimiento de los bienes materiales como primer paso para la purificación del alma
En cuanto a la estructura interna, en estas dos liras se aprecia el mismo esquema que tiene que ver con la dicotomía del tema tratado en esta Oda: en los dos primeros versos se muestra la exaltación de la naturaleza ("¡Oh monte, oh fuente, oh río/ ¡oh secreto seguro, deleitoso!" en la primera lira, " Un no rompido sueño/ un día puro, alegre, libre quiero", en la segunda) y, en los últimos, se condena o menosprecia la vida en sociedad, llamada "mar tempestuoso" en la primera lira, o relacionada con "un ceño vanamente severo" en la segunda, que valora por encima de todo el origen de una persona o sus posesiones.
Por lo que respecta a los recursos estilísticos utlizados, en primer lugar vemos el apóstrofe, la interpelación a ciertos elementos de la naturaleza que representan para el poeta la vida retirada a la que anhela. Estos elementos son mencionados primero con sustantivos concretos -¡Oh monte, oh fuente, oh río!- y luego con un sintagma nominal que los engloba-¡Oh secreto seguro, deleitoso!, que recuerda a la "escondida senda" mencionada en los primeros versos de esta Oda. Esta figura literaria sirve para subrayar la función apelativa del poema: el autor quiere hacer notar al lector la importancia que le concede al locus amoenus, como mejor lugar para vivir. Además, el hecho de que los elementos citados aparezcan solo unidos por coma (asíndeton), dota de más viveza y energía a la enumeración. Por otro lado, se aprecian numerosas metáforas en las que solo aparece el término imaginado y no el real: "el navío" es el hombre que emprende un duro viaje para huir del "mar tempestuoso" que representa la vida en la ciudad. Los estudiosos de la obra de fray Luis de León defienden que se refería concretamente a la ciudad de Salamanca, alborotada y revuelta con las contiendas universitarias de estudiantes y profesores y las envidias y rivalidades existentes entre dominicos y agustinos. De todos modos, la vida como una navegación es una imagen muy utilizada por fray Luis de León como monje agustino y está tomada de la Biblia: en el Libro de la Sabiduría se dice que la vida pasa "como nave que atraviesa las agitadas aguas sin dejar rastro de su paso ni del camino de su quilla por las olas". Por último, es de destacar el uso del hipérbaton que hace que destaquen unas palabras sobre otras: así el autor pone por delante del núcleo verbal "quiero" los sintagmas nominales que funcionan como CD (un no rompido sueño, un día puro,alegre, libre) y que nos indican, una vez más, la importancia que da el autor a la naturaleza.
En conclusión, este fragmento de la "Oda a la vida retirada", y esta obra en general, demuestra que la poesía de fray Luis de León se enmarca en la corriente de la lírica renacentista de la segunda mitad del siglo que utilizaba como temas recurrentes aquellos de índole moral y filosófica. Fray Luis defiende la vida retirada, la vida en contacto con la naturaleza como lo hacían los poetas clásicos pero también como pregonaba la vía ascética para conseguir el acercamiento a Dios.
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Ejemplo del comentario de un poema de San Juan de la Cruz.
“Noche oscura del alma”
VOCABULARIO
escura: Oscura.
en celada: a escondidas
aquesta: esta.
más cierto: con más seguridad.
alborada: amanecer
ventalle: abanico.
suspendía: embelesaba
cuidado: preocupación
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...
Este
poema, Noche oscura del alma de san Juan de la Cruz (1542- 1591) junto
con los titulados "Cántico espiritual" y "Llama de
amor viva", constituyen las tres obras poéticas más
importantes de la poesía mística, que se desarrolló en España en la
segunda mitad del XVI. La palabra “mística” viene del griego μυστικός mystikós
‘misterioso’, ‘enigmático’, por lo tanto alude a lo relativo a los misterios
religiosos’. La mística es, según la doctrina teológica, un regalo
extraordinario de Dios en el que el alma puede colaborar mediante esfuerzos o
ejercicios propios. Estos ejercicios de preparación para recibir el regalo
divino de la Gracia especial constituyen la llamada ascética, del griego asketés
(άσχητής), de askéo (άσχέω) ‘me ejercito, medito, estudio’. En
definitva, el poema Noche oscura del alma es un ejemplo de poesía
mística, representada en España por san Juan de la Cruz y santa Teresa de
Jesús, en la que se nos muestra la ascensión del alma hasta su unión mística
con Dios.
Métricamente
el poema está formado por ocho liras. La lira es una estrofa de cinco
versos de origen italiano traída a España por Garcilaso de la Vega y
utilizada por primera vez en su canción "A la flor de Gnido". De
esa canción toma su nombre ( Si de mi baja
lira/tanto pudiese el son que en un momento/aplacase la ira/del animoso
viento/y la furia del mar y el movimiento). Esta estrofa combina
versos de arte mayor -dos endecasílabos (el segundo y quinto versos)- y de
arte menor, tres heptasílabos. Su rima es consonante y se distribuye de
la siguiente manera 7a 11B 7a 7b11B. En este poema en concreto el
esquema métrico es así:
1ª y 2ª
estrofa: 7a 11B 7a 7b 11B
3ª estrofa: 7c 11D
7c 7d 11D
4ª
estrofa: 7e 11D
7e 7d 11D
5ª
estrofa: 7f 11B
7f 7b 11B
6ª
estrofa: 7g 11H 7g 7h 11H
7ª
estrofa. 7i 11D
7i 7d 11D
8ª
estrofa: 7j 11K
7j 7k 11K
El tema
del poema es la unión mística del alma con Cristo. El autor explica esta
unión ("lo inefable") utilizando metáforas amorosas de manera
continuada: La Amada es el Alma, y El Amado, es Dios. Es decir que para poder
expresar esta unión espiritual, los escritores místicos se valen de imágenes
tomadas del amor humano. En este poema, san Juan de la Cruz nos deja claro
que la unión con el Amado/Dios/Cristo llega después de una serie de etapas:
dejar su casa durante la noche, dejarse llevar por una luz que la ilumina y a
la que da gracias y, finalmente, unirse con el Amado, lo que supone la mayor
de las dichas.
Por esa
razón, para determinar la estructura interna de este poema hay que saber que
en él se desarrollan las tres vías o caminos que tiene que recorrer el Alma
hasta la unión mística con Dios y que aparecen siempre en la poesía mística
de la época.. Estas vías se conocen con el nombre de vía purgativa, vía
iluminativa y vía unitiva.
- En la vía
purgativa el Alma se libera poco a poco de sus pasiones y purifica de sus
pecados. En el texto se corresponde con las dos primeras liras (vv. 1-10). El
Alma, guiada por su deseo de alcanzar a Dios (En una noche escura/ con
ansia en amores inflamada; también en En ansias y a escuras, oh
dichosa ventura), abandona el cuerpo (salí sin ser notada/ en
secreto, que nadie me veía), después de haberlo liberado de pasiones
y pecados (dejando ya mi casa sosegada). En esta primera parte,
importa más la descripción del estado del Alma, por eso solo hay un verbo
principal -salí, pretérito perfecto simple- para
remarcar la acción que lleva a cabo.
- En la vía
iluminativa el Alma es iluminada por la luz de la fe y se corresponde con
las liras 3, 4 y 5.(vv. 11-25): sin otra luz y guía/ sino la que en el
corazón ardía. Esta luz/fe es muy poderosa y la ayuda a buscar al
Amado - Aquesta me guiaba/ más cierto que la luz del mediodía/adonde me
esperaba/ quien yo bien me sabía. Para remarcar esta acción de
buscar, el poeta utiliza más verbos que en la primera parte (veía, miraba,
ardía, guiaba, esperaba, sabía). En la última lira de esta parte, el poeta
muestra su contento por lo que ha supuesto esta búsqueda: ¡Oh noche, que
guiaste;/oh noche amable más que el alborada;/oh noche que juntaste/Amado con
amada,/amada, con el Amado transformada!. También podría considerarse
que esta lira 5 describe ya la unión del Alma con Dios de forma general, no
con los verbos en 1ª persona que aparecen en las liras siguientes.
-
Finalmente, mediante la vía unitiva el Alma alcanza la
unión con Dios: en el poema se materializa en las tres últimas liras (vv.
26-40) en las que se muestra como la Amada disfruta de la compañía de su
amado: le contempla, le acaricia y es acariciada -En mi pecho
florido,/que entero para él solo se guardaba,/allí quedó dormido,/y yo le
regalaba, (...)yo sus cabellos esparcía,/con su mano serena en mi cuello
hería. La dicha lleva a la Amada a olvidarse de sí misma:Quedéme
y olvidéme,/ el rostro recliné sobre el Amado/ cesó todo y dejéme,/dejando mi
cuidado/ entre las azucenas olvidado.
En cuanto
a los recursos utilizados, como ya hemos visto, el poeta se vale de una
metáfora continuada en la que el Amado y la Amada representan al Alma y a
Dios, respectivamente. Por esa razón podemos hablar del uso de la alegoría,
un recurso muy utilizado por los místicos para hacer que los lectores
entiendan sus experiencias religiosas. Lo mismo ocurre con la noche, un
símbolo de los diversos sacrificios y purgaciones que ha de llevar a cabo el
alma para alcanzar la perfección o la casa sosegada, que la Amada
deja atrás, y que es una alegoría del cuerpo que se aleja de las tentaciones
mundanas.
También es muy importante destacar la presencia de la repetición de dos
conceptos muy relacionados con la mística: por un lado, la oscuridad que
aparece ya en el epíteto del título y del pirmer verso -En una noche
escura/ a oscuras (vv. 6 y 9)- y, por otro, el secreto -por la secreta escala disfrazada/
a escuras y encelada/ en secreto que nadie me veía. Y es que la mística significa
"sabiduría secreta" a la que se llegaba mediante la previa
oscuridad de los sentidos.
Por otro
lado, el autor utiliza distintas series de repeticiones versos 3 y 8:
(oh dichosa ventura), versos 5 y 10 (estando
ya mi casa sosegada) y paralelismos acompañados de una anáfora
en la 5ª lira (Oh noche, que guiaste;/oh noche amable más que el
alborada;/oh noche que juntaste): en esta estrofa se repite el
esquema sintáctico de un SN compuesto por interjección+Núcleo+Adyacente (en
forma de adjetivo o de proposición subordinada adjetiva). La anáfora permite
destacar el símbolo de la noche, tan importante en este poema. Otra figura
similar al paralelismo que apreciamos en la misma estrofa es el quiasmo, que
no es más que un paralelismo cruzado: Amado con amada,/amada, con el
Amado transformada! También hay anáfora en la repetición de la
conjunción y en los versos 29 y 30 (y yo le regalaba/ y el ventalle de
cedros aire daba).Todos estos recursos que juegan con la ordenación
de las palabras (figuras de dicción) aportan musicalidad al poema.
Otra figura
que aparece en este poema y que nunca falta en las obras de los poetas
místicos es la paradoja (en la oscuridad se ve la luz del mediodía, la noche
es como la alborada) y que recuerda al "vivo sin vivi en mi" y
"muero porque no muero" de Teresa de Jesús.
Por
último, es muy destacable el uso del apóstrofe en la estrofa nº 5, cuando el
poeta interrumpe brevemente el relato de su experiencia para invocar y alabar
con vehemencia el símbolo de la noche, como camino que le permitió llegar a
Dios: ¡Oh noche, que guiaste;/oh noche amable más que el alborada;/oh
noche que juntaste/Amado con amada. Como siempre que se utiliza esta
figura, aparece la 2ª persona del singular (guiaste, juntaste) y oraciones
exclamativas que intensifican los contenidos. Con este recurso, el poeta
busca acercarse al lector (función apelativa) para que este se identifique
con el personaje y comprenda mejor sus sentimientos.
En
definitiva, todo en este poema de San Juan de la Cruz, el tema, la
estructura, los recursos, nos acercan a lo que era la mística, el
enamoramiento del alma, y nos deleita con el camino y la consecución de un
Amor descrito con la precisión de un orfebre. No dudamos, pues, que estamos
ante una de las joyas de nuestra literatura.
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Tres son
las composiciones principales en la breve obra de Juan de Yepes Álvarez, san
Juan de la Cruz: la que acabamos de leer, Noche oscura del alma, el poema
titulado Llama de amor viva,, cuyo comentario puedes leer aquí, , y el Cántico espiritual: un
poema que consta de cuarenta liras, en las que el escritor sigue muy de cerca
el Cantar de los Cantares bíblico. El alma enamorada sale tras el Amado,
establece un diálogo con él y, en su búsqueda, pregunta a personajes y
elementos de la naturaleza. Esta es una de las liras más bellas:
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Ejemplo de comentario de
texto de un fragmento de la Égloga I de Garcilaso
(Está
incompleto: ¿qué le falta? Complétalo y prepara, así, nuestro próximo examen).
¿Quién me dijera, Elisa, vida mía,
cuando en aqueste valle al fresco viento andábamos cogiendo tiernas flores, que habia de ver, con largo apartamiento, 5 venir el triste y solitario día que diese amargo fin a mis amores? El cielo en mis dolores cargó la mano tanto, que a sempiterno llanto 10 y a triste soledad me ha condenado; y lo que siento más es verme atado a la pesada vida y enojosa, solo, desamparado, ciego, sin lumbre en cárcel tenebrosa. |
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Después que nos dejaste,
nunca pace
en hartura el ganado ya, ni acude el campo al labrador con mano llena; no hay bien qu’en mal no se convierta y mude. 5La mala hierba al trigo ahoga, y nace en lugar suyo la infelice avena; la tierra, que de buena gana nos producía flores con que solía 10 quitar en sólo vellas mil enojos, produce agora en cambio estos abrojos, ya de rigor d’espinas intratable. Yo hago con mis ojos crecer, lloviendo, el fruto miserable. |
Este fragmento consta de dos estrofas pertenecientes a
la Égloga I de Garcilaso de la Vega. Estas composiciones -de las que el poeta
renacentista escribió tres- pertenecen a un subgénero poético clásico
creado por el poeta latino Virgilio y que tiene como característica
principal su tono bucólico. Los personajes son pastores que establecen un
diálogo lírico en torno a su experiencia amorosa en un escenario natural
idealizado. Garcilaso escribió tres Églogas. La primera, a la que pertenece
este fragmento, tiene como protagonistas a los pastores Salicio y Nemoroso que
se quejan, uno del desdén de su amada Galatea y otro, de la muerte de la
suya, Elisa. Las figuras de estos pastores se han interpretado como
desdoblamientos poéticos del propio Garcilaso, quien a través de ellos
expresaría su amor por Isabel Freyre y el dolor tras su muerte.
En cuanto a la estructura externa del texto, las dos estrofas
tienen 14 versos cada una. Los versos utilizados son de arte menor
(heptasílabos) y de arte mayor (endecasílabos), con rima consonante y mezcaldos
al arbitrio del poeta que, una vez fijada una estructura, la repite a lo largo
del poema. Es el caso de estas dos estrofas en las que heptasílabos y
endecasílabos siguen el siguiente esquema métrico: ABCBACcddEEGeG
El tema de este poema sería la expresión del doloroso recuerdo
de la amada, Elisa, ya muerta.
En cuanto a los recursos utilizados, en primer lugar, el
poeta, a través de las palabras del pastor Nemoroso, utiliza una interrogación
retórica que ocupa los seis primeros versos y que va dirigida a su amada
muerta, Elisa: ¿Quién me dijera,
Elisa, vida mía,/cuando en aqueste valle al fresco viento/andábamos cogiendo
tiernas flores,/que habia de ver, con largo apartamiento,/venir el triste y
solitario día/que diese amargo fin a mis amores?. La función de este recurso es afirmar con mayor
énfasis el sentimiento del dolor de haber perdido la mujer con la que el poeta
había sido tan feliz, Este dolor explica la selección de sintagmas nominales de
ambas estrofas, todos cargados de negatividad: en la primera estrofa referidos
al propio pastor -largo apartamiento, triste y solitario día, sempiterno
llanto, triste soledad, pesada vida y enojosa, solo, desamparado, ciego, cárcel
tenebrosa- y en la segunda estrofa, referidos a la tierra -mala
hierba, infelice avena, , abrojos, espinas intratables, fruto miserable. Se
aprecia también la presencia de una personificación (el cielo cargó la
mano tanto) y una metáfora (la vida es una cárcel
tenebrosa) que insiste en este sentimiento de desconsuelo, de
aflicción por la muerte de la amada. Por último, en ambas estrofas es evidente
la antítesis entre el estado de la naturaleza cuando estaba la mujer amada ( un
valle de fresco viento con tiernas flores y en el que el ganado pacía hasta la
hartura) frente a la desolación que se respira tras su muerte y que el pastor
aumenta con su llanto (hipérbole): Yo hago con mis ojos,/crecer
lloviendo, el fruto miserable.