Estamos acercándonos al Renacimiento y a su literatura.
Mira este vídeo para conocer las generalidades sobre esta época. En esta página encontrarás, también, muchísima información .
Ahora trabajaremos con el poema estrófico más cultivados en la época: el soneto. Aquí puedes leer el comentario de uno de los sonetos más conocidos del Renacimiento: el número XXIII de Garcilaso de la Vega, con el tópico del Carpe diem muy presente.
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende el corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre;
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre;
marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
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Todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
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Escuchadlo aquí con la perfecta dicción de la bachiller Lina. Muchas gracias por tu estupendo trabajo.
MODELO DE COMENTARIO DE UN SONETO
Este poema está compuesto por catorce versos endecasílabos, por lo tanto de arte mayor, agrupados en cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. La rima es consonante y se distribuye así: ABBA para los cuartetos y CDE-DCE para los tercetos. Se trata, por tanto, del poema estrófico denominado soneto -diminutivo del italiano "sonus": tono, sonido- que fue creado en Italia por los llamados poetas del “Dolce stil nuovo”, en el siglo XIII, entre los que destacaron Dante Alighieri y Francesco Petrarca. La palabra "soneto" también proviene del italiano, ya que es el diminutivo de sonus, tono, sonido. Aunque fue el Marqués de Santillana el primero en adaptar este poema al español con sus “Sonetos fechos al itálico modo” (siglo XV), fueron Juan Boscán y Garcilaso de la Vega los que tuvieron éxito con su utilización en la poesía castellana. Y, especialmente, este último, autor de este soneto que comentamos, fue quien consolidó su uso y lo llevó a su máximo esplendor renovando, así, la lírica peninsular.
El tema de este poema es una exhortación a una joven para que aproveche su juventud y belleza. Se trata, por tanto, de rememorar el tópico literario del Carpe diem (vive la vida, disfruta el momento), expresión latina acuñada por el poeta romano Horacio en sus Odas ( Carpe diem quam minimum credula postero" Vive el día de hoy. No te fíes del incierto mañana) y que se vincula a la moral epicúrea. Muy similares son “Dum vivimus, vivamus”(Vivamos mientras estemos vivos), el “Gaudeamus igitur”(Alegrémonos, pues) y el Collige, virgo, rosas, del poeta latino Ausonio. Se trata de un tópico que ha estado presente en todas las épocas y que se usó especialmente en el Renacimiento, cuando se revitalizaron los saberes de la antigüedad grecolatina.
En cuanto a la estructura, el contenido del poema se adapta a su organización métrica y, de esta manera, se distinguen dos partes que se corresponden con los dos estrofas utilizadas:
En primer lugar, en los dos cuartetos el poeta describe las cualidades que hacen que la muchacha sea un ejemplo de juventud y belleza. Garcilaso se hace eco aquí de otro tópico literario, el de la Descriptio Puellae, tan utilizado en el Renacimiento y en el Barroco, y que fue iniciado por Petrarca, en sus poemas a Laura. Lo que se muestra en estos dos cuartetos es el centro de la belleza de la joven que se describe de forma descendente: comienza por su tez, blanca y rosada (En tanto que de rosa y azucena/se muestra la color en vuestro gesto), continua con su mirada, bellísima pero inaccesible (mirar ardiente, honesto/enciende el corazón y lo refrena), con el cabello, nacido del metal más preciado y mecido por el viento (el cabello, que en la vena del oro se escogió) y termina con su cuello: blanco y enhiesto. Se trata, por tanto, de la descripción de una belleza muy a la moda durante el Renacimiento: una mujer de rasgos nórdicos, hermosa e inaccesible, algo que la asemeja a un amor platónico.
En segundo lugar, en los tercetos comienza la exhortación a la dama con el imperativo: "coged". En el primer terceto, se formula la petición a la dama mediante metáforas: aprovechad el tiempo de vuestra juventud ("coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto") antes de que llegue el tiempo en que su cabello se vuelva blanco ("antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre). En el segundo terceto, se reitera esta idea de forma general, sin alusión a ningún elemento concreto: la joven, como la rosa, será marchitada por el viento helado porque es costumbre del tiempo cambiar todo lo que toca.
Por último, el soneto muestra bastantes ejemplos de recursos literarios: comencemos por el más repetido: la metáfora: el poeta empareja elementos reales con elementos tomados de la naturaleza: así, el cabello nace del oro, la juventud es el dulce fruto de la primavera, la cabeza de la joven es la hermosa cumbre en la que se verá la nieve que son los cabellos plateados por el tiempo. La rosa simboliza a la bella joven y el viento helado, al tiempo que la marchitará, implacable.
También está muy presente en este soneto, el hipérbaton, esto es, el cambio en el orden sintáctico habitual de una frase, que contribuye a convertir en literario cualquier mensaje (Mientras la tez en vuestro rostro se muestra blanca y rosada- En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto. Coged el fruto de vuestra primavera alegre -Coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto). En los versos 12 y 13, el hipérbaton se aprecia claramente al posponer los sujetos de las dos oraciones (marchitará la rosa el viento helado/ todo lo mudará la edad ligera)
Otro recurso utilizado es la anáfora (En tanto/ y en tanto) con la que se consigue musicalidad o ritmo, igual que con el uso del asíndeton (el viento mueve, esparce y desordena) y el paralelismo (vuestro mirar ardiente, honesto/ enciende el corazón y lo refrena).
En definitiva, este soneto de Garcilaso de la Vega es un ejemplo de la mentalidad renacentista:no solo por el tema alejado de las doctrinas medievales que despreciaban los placeres terrenales, sino también por la métrica y los recursos utilizados
En primer lugar, en los dos cuartetos el poeta describe las cualidades que hacen que la muchacha sea un ejemplo de juventud y belleza. Garcilaso se hace eco aquí de otro tópico literario, el de la Descriptio Puellae, tan utilizado en el Renacimiento y en el Barroco, y que fue iniciado por Petrarca, en sus poemas a Laura. Lo que se muestra en estos dos cuartetos es el centro de la belleza de la joven que se describe de forma descendente: comienza por su tez, blanca y rosada (En tanto que de rosa y azucena/se muestra la color en vuestro gesto), continua con su mirada, bellísima pero inaccesible (mirar ardiente, honesto/enciende el corazón y lo refrena), con el cabello, nacido del metal más preciado y mecido por el viento (el cabello, que en la vena del oro se escogió) y termina con su cuello: blanco y enhiesto. Se trata, por tanto, de la descripción de una belleza muy a la moda durante el Renacimiento: una mujer de rasgos nórdicos, hermosa e inaccesible, algo que la asemeja a un amor platónico.
En segundo lugar, en los tercetos comienza la exhortación a la dama con el imperativo: "coged". En el primer terceto, se formula la petición a la dama mediante metáforas: aprovechad el tiempo de vuestra juventud ("coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto") antes de que llegue el tiempo en que su cabello se vuelva blanco ("antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre). En el segundo terceto, se reitera esta idea de forma general, sin alusión a ningún elemento concreto: la joven, como la rosa, será marchitada por el viento helado porque es costumbre del tiempo cambiar todo lo que toca.
Por último, el soneto muestra bastantes ejemplos de recursos literarios: comencemos por el más repetido: la metáfora: el poeta empareja elementos reales con elementos tomados de la naturaleza: así, el cabello nace del oro, la juventud es el dulce fruto de la primavera, la cabeza de la joven es la hermosa cumbre en la que se verá la nieve que son los cabellos plateados por el tiempo. La rosa simboliza a la bella joven y el viento helado, al tiempo que la marchitará, implacable.
También está muy presente en este soneto, el hipérbaton, esto es, el cambio en el orden sintáctico habitual de una frase, que contribuye a convertir en literario cualquier mensaje (Mientras la tez en vuestro rostro se muestra blanca y rosada- En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto. Coged el fruto de vuestra primavera alegre -Coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto). En los versos 12 y 13, el hipérbaton se aprecia claramente al posponer los sujetos de las dos oraciones (marchitará la rosa el viento helado/ todo lo mudará la edad ligera)
Otro recurso utilizado es la anáfora (En tanto/ y en tanto) con la que se consigue musicalidad o ritmo, igual que con el uso del asíndeton (el viento mueve, esparce y desordena) y el paralelismo (vuestro mirar ardiente, honesto/ enciende el corazón y lo refrena).
En definitiva, este soneto de Garcilaso de la Vega es un ejemplo de la mentalidad renacentista:no solo por el tema alejado de las doctrinas medievales que despreciaban los placeres terrenales, sino también por la métrica y los recursos utilizados
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