Una de las preguntas que se le hace con más frecuencia a un escritor es esta: ¿Qué haría para lograr que los niños y jóvenes lean más? Por mi parte, yo contesto siempre lo mismo: no aburrirles como hongos.Todo el mundo parece estar de acuerdo en que un niño que lee adquiere más dominio del lenguaje, desarrolla más capacidad de discernir y agilidad mental, aumenta su imaginación y su curiosidad. Sin embargo, las medidas para alcanzar metas tan deseables no distan mucho de las que se tomaban en el siglo XIX, con aquello de la letra con sangre entra (...)
Y leer no solo sirve para conocer a grandes maestros. Es, además, una magnífica gimnasia mental así como la mejor manera de utilizar la herramienta más extraordinaria con la que cuenta el ser humano, la palabra. En el mercado hay multitud de cursos que enseñan a hablar en público, a comunicar, a defender y a “vender” una idea del modo más eficaz. En un mundo hiperconectado como el nuestro, la comunicación lo es todo y, sin embargo, tampoco se enseña en los colegios. Del estudio de nuestro idioma se presta atención primordial al análisis gramatical, a los tiempos verbales, a la función del complemento… No se enseña en cambio el manejo de la oralidad ni se ofrecen recursos para defender una idea con elocuencia. Es como si a un aprendiz de carpintero le obligaran a aprenderse todas y cada una las piezas que forman una silla pero no le enseñaran luego cómo se arma y tampoco le permitieran sentarse en ella. Precisamente a eso, a hablar de la forma más rica y sobre todo más eficaz, también enseñan los libros. No solo porque se adquiere vocabulario y cultura sino porque, tras la lectura, se pueden organizar debates o jugar a defender las ideas de uno de los personajes frente a las de otro.
1 COMENTARIO crítico personal de este fragmento (4 puntos)
(No es un comentario lingüístico, sino crítico personal. No olvides incluir un resumen. Lo fundamental es opinar razonando)
Primer párrafo: un resumen del texto. El autor del texto se plantea la importante cuestión de cómo conseguir que los jóvenes lean más. Su respuesta es proporcionarles lecturas que no les aburran. Esta cuestión le lleva a reflexionar sobre las infinitas ventajas que se consiguen con el hábito de la lectura: desde conocer a los grandes escritores hasta rejuvenecer nuestro cerebro, pasando por mejorar nuestra manera de comunicarnos, algo tan importante en nuestro tiempo. Por esa razón, el autor critica que en las escuelas no se trabaje la oralidad y sí otras cuestiones menos interesantes relacionadas con la gramática. Quizás, un cambio metodológico sería lo necesario para "enganchar" a los escolares a la lectura: trabajar la manera de expresarse mejor con debates o juegos que partan de los personajes e intrigas de los libros.
Segundo párrafo: comenzamos formulando el tema del texto mediante una frase en la que aparezca también la postura del autor (Reflexión, crítica, presentación objetiva de datos.... Así pues, una reflexión crítica sobre el modo de conseguir que los niños se interesen por la lectura es el tema de este texto. Posición del autor: toma partido o no. Utiliza la primera persona (subjetividad) o no (objetividad). ¿Pretende acercarse al lector? ¿De qué modo? El autor se muestra implicado en el texto porque él mismo, utilizando la primera persona, contesta a la pregunta que se le plantea. Esto nos da idea de que pueda tratarse de un escritor. Su intención es convencer al lector de la tesis que defiende (menos análisis gramatical y más ejercicios jugando con la comunicación del lenguaje) y lo hace utilizando un argumento que puede ser comprendido por todo tipo de público: la analogía con un carpintero al que se le dieran herramientas pero no se le explicara cómo utilizarlas. Además, da ejemplos prácticos de como aplicar su tesis en la escuela: organizar debates sobre los libros leídos o defender un personaje frente a otro. ¿A quién va dirigido este texto? Esta manera de implicarse en el tema y de explicarlo de forma clara nos da idea de que el autor pretende llegar a todo tipo de público, sobre todo a los implicados en la educación de los niños y jóvenes: padres y docentes, sobre todo a estos últimos, de ahí la crítica que hace el autor a los métodos arcaicos usados en la escuela.Características del tema tratado. Por otro lado, no puede imaginarse un tema con más vigencia en nuestra sociedad que la educación, y además, de plena actualidad, desgraciadamente, porque todos los medios de comunicación se han hecho eco de los informes que sitúan a los estudiantes españoles entre los que presentan más carencias intelectuales de Europa. Planteamiento de un tema de actualidad relacionado con el texto. ¿Están estos nefastos resultados relacionados con el escaso hábito lector de los alumnos españoles? ¿Necesitan los docentes españoles o, en general, el sistema educativo español, cambios metodológicos?
Tercer párrafo: desarrollamos nuestra argumentación. Comenzamos con un conector afirmativo. Ciertamente, los jóvenes españoles muestran desinterés por las lecturas y eso conlleva numerosos problemas de comprensión y expresión que explican los bajos resultados obtenidos en las pruebas objetivas que han hecho nuestros alumnos.. El problema radica en que, con las nuevas tecnologías, los libros han quedado relegados a un segundo plano. Los niños y no tan niños tienen multitud de "chismes" electrónicos que les transportan a mundos que antes solo existían en los libros. Los padres, muchas veces desbordados por el ritmo de vida actual, les dejan en manos de esos ingenios horas y horas. La tarea de inculcarles el gusto por la lectura se deja en manos de los docentes de las escuelas e institutos que tienen que programar libros que, por un lado, gusten a los chicos y que, por otro lado, les permitan conocer la historia de la literatura española. Ante esto, cabe preguntarse: ¿pueden los alumnos disfrutar con las lecturas que se leen por obligación? ¿Hay alguna manera "entretenida" de acercarles a los clásicos.?
Cuarto párrafo: contestamos a las cuestiones que nos hemos planteado. Desde luego, parece que la obligatoriedad de una tarea es incompatible con su disfrute. Sin embargo, también considero necesario que los niños y jóvenes se acerquen a los clásicos en la educacón obligatoria. Quizás, eso sí, los docentes tendrían, tendremos, que buscar estrategias nuevas para "ganarnos" el favor de nuestros alumnos. En el texto, el autor aporta buenas ideas que se separan del típico examen o el trabajo en el que se busca documentación sobre el autor y su época: organizar debates defendiendo un personaje frente a otro ayudaría a trabajar la lengua oral, la capacidad de comunicarse partiendo de una lectura. Otra actividad sería teatralizar distintas escenas de la obra: quizás los chicos no disfruten de una lectura solitaria y continuada de "La Celestina" pero una representación en la que se diera vida a Celestina invocando a Plutón "señor de la profundidad infernal", bien aderezada con ilustraciones de los "condenados ángeles", con la preparación de un atrezzo que incluyese sangre de cuervo, letras escritas con bermeja sangre, aceite de víboras...puede quedar bien aprehendida en la memoria del más desinteresado de nuestro alumno. O escribir el diario de un caballero camino a una cruzada. O reconstruir el itinerario del Quijote utilizando el Google maps... Al fin y al cabo, recordemos cómo nos aficionamos a leer los que lo hacemos con cierta asiduidad: fue una recomendación de un maestro, un cuento narrado por nuestra abuela, las palabras de un profesor recitando con verdadera pasión alguna poesía...
Quinto párrafo: llegamos a una conclusión final: En definitiva, vivimos tiempos malos para la lírica, como cantaban "Golpes bajos", y para la épica y para la dramática, añadiría yo. Recogemos lo que decíamos al principio- Vivimos, por suerte o por desgracia, en un mundo en el que las nuevas tecnologías han creado mundos que nuestros antepasados no conocían y que consiguen embriagar a los más jóvenes. Pero yo no me doy por derrotada: el libro seguirá existiendo y los clásicos seguirán siendo clásicos y no podemos privarles a nuestros alumnos de ninguna de las fibras que componen nuestro entramado cultural. Es tarea nuestra -de los docentes, de los padres- acercárselo a los jóvenes. Eso sí, adaptémonos a los tiempos y aliémonos a las nuevas tecnologías. Cambiemos nuestros métodos adaptándonos a lo que nos está tocando vivir. Podemos terminar con una frase ingeniosa, se trata de dejar buen sabor de boca a nuestro corrector. Al fin y al cabo, dicen que la inteligencia es adaptarse al medio, y hasta las fieras salvajes saben hacerlo.
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